Capítulo 2

Mientras come, Raquel comenta su idea en la mesa; lo hace con precaución, ya que aunque cuenta con el apoyo de su madre, todavía falta la aprobación de su padre. Empieza preguntándole a su hermano si alguna vez ha participado en un intercambio o si se ha ido de viaje de estudios a otro país durante mucho tiempo. Después les cuenta que en el cole hay algunos intercambios, que son muy chulos, etc.
Llegó la hora, tiene que atacar; mira a su padre y le dice que hay un viaje-beca que puede conseguir. Su padre le dice que no se haga ilusiones, que aunque saque buenas notasen inglés y francés, algunos compañeros le dan mil vuetas.
-Papá, ya se que los hay mejores que yo, pero los cerebritos nunca se separan de sus madres y de mis amigas, solo Reyes quiere ir. Por lo tanto si ella va a Alemania, a mi me toca Inglaterra- dice Raquel de corrido y quedándose sin aire.
Su madre, que ha estado muy callada, espera que Raquel no la mencione, pero en vano.
-Por cierto papi, que sepas que mamá me ha dicho que puedo ir- dice Raquel con cierto retintín en la voz.
Le ha dolido que su padre la menospreciara y la intentase hundir sus sueños. Para Raquel esto es muy importante, es una oportunidad que le ha hecho replantearse muchas cosas. Por una vez en mucho tiempo, Raquel siente una fuerza interior que tira de ella hacia delante, que la anima a esforzarse y a luchar por sus metas.
Su padre se siente, por un momento, furioso, pero pronto recupera la compostura y mirando a su mujer dice -Podrías haberme avisado- y dirigiéndose a su hija dice -ya hablaremos.
                                                                              ***
Raquel se tira en la cama y empieza a pensar en si ha hecho lo correcto o no, al revelar el pacto con su madre. Se da cuenta de que debe pedir perdón, pero como su madre ha salido, decide dejarlo para luego y se pone a preparar su inglés, ya que solo tiene un mes para demostrar que puede ir.
Cuando cierra el libro suena el teléfono, así que se levanta de la cama con cansancio y lo coge, es Alba. La llama para contarle lo muchísimo que la quiere, lo guapísima que es y lo súper amigas que son. Cuando Raquel se cansa de tanta tontería, le dice que su madre la llama y cuelga.
Baja a la cocina y mete unas palomitas en el microondas. Mientras suena el maíz abriéndose, Raquel reflexiona sobre todo el día. Está muy nerviosa, dado que la tensión del día la tiene temblando. Saca las palomitas y se las lleva a su cuarto. Enciende la tele y se pone a ver Fama, uno de sus programas favoritos.
Antes de que se acabe, llega su madre y gritando que su hija no la ayuda en nada, consigue moverla de la cama.