Capítulo 3

Raquel baja las escaleras de dos en dos para que su madre deje de chillarla cuanto antes y le pregunta:

-¿Mamá, no ibas a por el pan?

-Si, pero me he acordado de que necesito zanahorias para el puré de la cena de mañana, y ya sabes el resto- comenta su madre como si fuera lo más normal del mundo.

-Vale,- dice con una sonrisa –y los yogures, los zumos, la leche, los croissants, etc.- enumera con una sonrisa -¿De donde salen?

-Pues eso, que una vez empiezo no puedo parar y lo veo todo tan bonito y colocadito que… ¡Bueno!, ¿y por qué tengo que dar yo explicaciones a mi hija?- dice su madre tomando riendas en la situación.

Raquel termina de recoger y se va tan rápido como ha llegado.

                                                                                  ***

Cuando enciende la tele, Fama ha acabado y lo siguiente no le apetece, así que apaga la tele y se pone a pensar. Primero refunfuña por tener que ayudar siempre y después se pone a soñar con su viaje. Si fuera capaz de ir, estaría en una casa inglesa. A Raquel siempre le han gustado los ingleses, sabe que no será fácil, que su forma de vida es muy diferente a la suya y que tendrá que aprender las costumbres y cumplirlas.Pero el sonido del teléfono la despierta de sus sueños.

-¡Raquel te llama Paula!- chilla su madre.

Raquel se levanta pesando en qué Paula será, coge el teléfono y grita:

-¡Cuelga!- imitando a su madre. -¿Si?,- pregunta.

-¡Hola Rachel!,- dice con  soltura , y pregunta con el mismo tono -¿vas a  participar en  lo del viaje a países?.

-Sí, quiero ir a Inglaterra, ¿y tú Duck?.- llama Raquel a su amiga.

-Bueno…, si apruebo el examen me dejan meterme en el plan. Yo mientras vaya de viaje me quedo satisfecha.

-¿Te da igual?.

-Si, bueno, por tu lista me  tocaría Suiza, pero todo depende de la nota del examen.

                                             ***

A la media hora, se dicen adiós y cuelgan sus  respectivos teléfonos.

Raquel vuelve a su sueño, aunque su madre la llama y tiene que bajar a poner la mesa para la cena.

-Mamá, ¿Raúl y papá vienen a cenar?- pregunta a su madre.

-Raquel, tú me estás diciendo que no has oído llegar a tu hermano, ¿en serio?- añade llena de asombro. -Tu hermano ha entrado gritando algo sobre un partido...

-No, me he quedado dormida un rato.

Esa noche, Raquel cae rendida de las emociones del día.